Cannabis en pueblos: ritual, lucha y esperanza viva

La historia del cannabis en México se entrelaza con el inicio mismo de la colonización. Aunque el cáñamo (hemp) no es originario de América, fue traído por los europeos desde el siglo XVI. Las velas, cuerdas y redes de los barcos de Cristóbal Colón estaban hechas con fibras de cáñamo por su resistencia y durabilidad.

Durante el virreinato, la Corona Española impulsó el cultivo de lino y cáñamo en la Nueva España para fortalecer la economía local, especialmente en regiones como Veracruz y Puebla. Se distribuyeron semillas, se ofrecieron estímulos fiscales y se promovió su siembra como materia prima para textiles, cordajes y herramientas agrícolas. Aunque su uso original era industrial, poco a poco se fue extendiendo entre comunidades rurales y, con el tiempo, adoptado en rituales curativos y prácticas populares.

Hoy, el cannabis no es solo una planta medicinal o recreativa. En muchos pueblos originarios de México, representa un legado ancestral, un símbolo espiritual y una herramienta de resistencia social. En este artículo exploramos tres ejes: su uso ceremonial, el activismo rural y las regiones históricas de cultivo.


Uso ceremonial del cannabis en pueblos originarios

En comunidades indígenas del estado de Hidalgo, como Santa Ana Hueytlalpan, Huehuetla y San Bartolo Tutotepec, el cannabis es conocido como Santa Rosa. Esta planta es usada en rituales curativos, limpias espirituales y ceremonias de gratitud hacia la Madre Tierra y los ancestros.

  • Los curanderos otomíes y tepehuas la consumen en forma de humo o masticada, acompañando oraciones y cantos.
  • El uso no es recreativo: es sagrado, medicinal y profundamente simbólico.
  • Su consumo suele estar ligado al calendario agrícola y a festividades locales.

Estos usos han sido documentados por antropólogos y medios como Relatos e Historias en México, y reflejan una cosmovisión donde la planta no es droga, sino aliada espiritual.


Tetecala: un pueblo que lucha por el cultivo legal

En el estado de Morelos, el pueblo de Tetecala se ha convertido en un referente del activismo cannábico. Aquí surgió el llamado Plan de Tetecala, una propuesta para legalizar el cultivo colectivo de cannabis con fines medicinales y sociales.

  • Inspirado en el Plan de Ayala, esta iniciativa busca soberanía campesina y justicia histórica para los pueblos rurales.
  • Han realizado talleres, consultas ejidales y eventos educativos sobre el potencial terapéutico del cannabis.
  • Promueven el cultivo regulado como una opción económica frente a la marginación.

Tetecala ha inspirado a otras comunidades como Anenecuilco (Morelos), Álamos (Sonora) y zonas de Durango, donde el cannabis también se ve como motor de desarrollo rural y medicina ancestral.

Ciudad de México: epicentro del activismo y cultura cannábica

La capital del país se ha consolidado como el centro neurálgico del activismo y la cultura cannábica en México. Uno de los eventos más importantes que se celebra anualmente es la Expoweed México, una convención que reúne a expertos nacionales e internacionales en temas de cannabis medicinal, industrial y recreativo. La feria ofrece conferencias, talleres, exhibiciones de productos, asesoría legal y foros sobre regulación, siendo un punto clave para el avance del conocimiento y la desestigmatización de la planta en el país. En Ciudad de México convergen colectivos, eventos y espacios de consumo que promueven la legalización desde una perspectiva de derechos humanos y conciencia social.

  • Desde 2020, el Plantón 420 frente al Senado se convirtió en símbolo de protesta pacífica y espacio educativo. Miles de plantas fueron cultivadas en plazas públicas como forma de presión política.
  • Eventos como el Foro Cannábico Ciudadano,Expoweed y ferias como el Weed Trade Show reúnen a expertos, cultivadores, profesionales de la salud y ciudadanos interesados en la regularización.
  • En colonias como Roma, Condesa y Polanco, proliferan clubes cannábicos y espacios privados donde se fomenta el consumo responsable, el autocultivo y la cultura cannábica en un entorno seguro.
  • A nivel legal, la Suprema Corte ha reconocido el derecho al autocultivo, y la CDMX ha adoptado posturas de tolerancia y apertura, permitiendo la existencia de estos espacios.

Esta ciudad representa el vínculo entre los pueblos que mantienen vivas las tradiciones y el movimiento ciudadano moderno que busca avanzar hacia un marco regulatorio justo y respetuoso.


Regiones históricas de cultivo de cannabis en México

Triángulo Dorado: herencia y conflicto

El triángulo formado por Sinaloa, Durango y Chihuahua es conocido desde hace décadas como una zona clave para el cultivo de cannabis y amapola. Aunque muchas veces asociado al narcotráfico, esta región posee conocimientos tradicionales de cultivo transmitidos entre generaciones campesinas.

  • Las condiciones montañosas y climáticas favorecen el desarrollo de la planta.
  • Algunas comunidades han intentado desvincularse del crimen para acceder a mercados legales.

Colonia Búfalo (Chihuahua)

Durante los años 80, esta zona fue epicentro de uno de los cultivos más grandes del continente, controlado por Caro Quintero. Más de 6 mil hectáreas fueron sembradas con marihuana. Tras las redadas, la zona quedó abandonada, pero los saberes agrícolas permanecieron.

Nueva Italia (Michoacán)

Entre los años 50 y 70, el cultivo de cannabis en patios y huertos era común en esta región. Aunque reprimido por operativos militares, el conocimiento sobre la planta siguió vivo entre las familias campesinas. Hoy, algunos buscan reconectar ese legado con fines terapéuticos y sostenibles.


Conclusión

El cannabis en México no es solo una sustancia. Es una planta con raíces profundas en la historia, la espiritualidad y la lucha social de nuestros pueblos. En comunidades indígenas como las de Hidalgo, es sagrada; en Tetecala, representa autonomía; y en las sierras del norte, es parte de la memoria agrícola.

Aunque su historia ha sido marcada por la criminalización y el abandono estatal, hoy asistimos a un nuevo capítulo. El creciente reconocimiento médico, el activismo comunitario y el resurgimiento de prácticas tradicionales permiten mirar el futuro del cannabis con esperanza.

La planta vuelve a florecer, no como amenaza, sino como símbolo de sanación, conocimiento y resistencia

Región / PuebloTipo de usoCaracterísticas principales
Santa Rosa (Hidalgo)Ritual ancestralCultivo local; uso curativo
Tetecala (Morelos)Activismo medicinal/legalPlan colectivo; talleres
Triángulo Dorado (Sinaloa‑Chih‑Durango)Cultivo ilícito históricoAlta producción
Colonia Búfalo (Chihuahua)Cultivo ilícito históricoGrandes extensiones
Nueva Italia (Michoacán)Cultivo clandestinoAuto‑cultivo persistente
Ciudad de MéxicoActivismo urbano y culturalPlantones, foros, clubes, Convenciones

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